sábado, 21 de agosto de 2010

Cicloturismo por Ancasti, Los Altos y Sta Rosa

"La vida es como andar en bicicleta. Para mantenerte en equilibrio tienes que seguir moviéndote."
Lo dijo Albert Eiustein,(14 de marzo de 1879 - 18 de abril de 1955), uno de los científicos más notables de la historia. Nadie ignora el aporte al conocimiento de la humanidad aportado por éste grandioso sabio. Con la misma sabiduría nos regalaba estas frases de la vida misma.

El sábado 2 de Febrero partimos junto a un gran amigo, Nestor Cruz ( en su debut cicloturístico), hacia el este catamarqueño, allende las sierras de Ancasti. Este destino lo elegimos a último momento dado que nuestro trayecto original estaba pensado en la puna y desiertos del oeste. Los pocos promisorios informes de las devastadoras consecuencias de las crecidas estivales y los desfavorables pronósticos al respecto hicieron reviéramos el circuito. Es así, que ese sábado en el calor de la siesta del valle, emprendimos rumbo hacia la Cuesta del Portezuelo, nuestro primer escollo a superar y la prueba para saber  si estábamos realmente preparados para esta exigente empresa.
Cerca de las 20.00 hs llegamos a la cumbre del Ancasti, después de dejar buena parte de nuestras energías y temple en esa oración de pedaleo lento y constante que es subir esos 1200 mts de desnivel en un caracol sin fin de 17 kms, y que en "sensación kms recorridos" son como 100. Preparamos nuestra exquisita cena, y la suite del hotel mil estrellas que nos cobijaría esa noche.
El descanso nocturno renovó nuestra energías y junto con el astro rey seguimos nuestro derrotero. Nuestro próximo objetivo, llegar al paraje Nana Huasi, donde nos reuniríamos a varios amigos de la Agrupación de Montaña Calchaquí, que pasaban allí un fin de semana de campo festejando los logros en alta montaña de la temporada. Después de unos ricos y espumosos mates, un mejor locro y charlas amenas; tipo 15 hs decidimos seguir nuestro camino. Rumbo sur por sobre la cumbre hasta el paraje El Comedero, donde en un solitario quiosco en el medio de la nada, nos refrescamos con un riquísima gaseosa. Con ese plus de glucosa desandamos el resto del camino hasta Amana, donde nos refugiamos en la escuela por este tiempo desabitada. La noche, segunda ya, llegó regalándonos un cielo diáfano y con mil dibujos de estrellas. Mi compañero, esa noche contó como 15 satélites, a esta altura era uno de sus fallidos trucos para conciliar el sueño.
La tercera jornada comenzó con un recorrido por unos kilómetros de bosque serrano a través de una huella  que lo serpentea regalando a cada vuelta de pedal vistas y paisajes alucinantes. Variada flora y fauna dan un toque único al lugar. La pendiente y el terreno invitan a rodar muy veloz, pero sería un pecado tan siquiera superar los 10 kms/hr y perderse semejante espectáculo.
Esta huella nos depositaría en el pueblito de San Francisco. Desde allí, cuentecilla de por medio rumbeamos hasta Icaño, portal del este catamarqueño. Llegamos antes del mediodía, y luego de reaprovisionarnos en la despensa del pueblo y reponer energías con un rico almuerzo en un comedor, decidimos seguir escapándole al viento y el calor que ya nos agobiaba. El tramo siguiente fue de lo mas duro que nos había tocado debido al fuerte viento en contra y a lo arenoso del terreno. Pasamos por Baviano, y rumbeamos hacia Ancastillo, ya en subida nuevamente y con terreno mas firme lo que fue una bendición, también la vegetación comenzaba otra vez a cerrarse y el sol a caer sobre el horizonte, lo que suelo llamar "la hora mágica" en la que pedalear es siempre un gran placer. Sin embargo, cuando todo pintaba para unas largas dos horas mágicas largas de pedaleo, un pequeño accidente que le ocurre a mi compañero nos hace cambiar de planes y buscar el refugio mas cercano. Una basura, un insecto, algo.. había entrado en su ojo derecho que le dificultaba mucho poder mantener los ojos abiertos. Visto el cuadro de situación y mi nula habilidad para esos enseres, decidimos que lo mejor era el reposo y que la madre natura actuara por su cuenta; sabido es que ante un cuerpo extraño nuestro organismo arbitra los medios necesarios para expulsarlo.
La noche cayó implacable. Cenamos y a nuestras cuchas. Mi compañero a contar estrellas, ovejas, satélites algo que reemplazara los canales deportivos del cable y que le hiciera conciliar el sueño. Supongo habrá estado en esos menesteres cuando me despierta a la voz de: "Policía..", levanto apenas mi cabeza y compruebo que efectivamente una camioneta de la fuerza pública estaba estacionada frente nuestro y descendiendo de ella cuatro uniformados pertrechados con linternas y sus fusiles. En ese instante cometo el error de incorporarme bruscamente lo que asustó a los policías que rápidamente levantaron armas y remontaron las mismas. Qué momento! aunque creo que ellos estaban mas asustados que nosotros. Siguió todo un interrogatorio, averiguación de identidades, revisión de equipo y finalmente  emprendieron regreso a la localidad de Ancasti, mas de 50 kms de donde estábamos. Pasado este incidente volvimos  intentar conciliar el sueño.
La cuarta jornada nos desayunaría con una subida sin descanso. Nuestro siguiente próximo destino seria Infanzón, al que llegamos al mediodía pasando antes por Concepción y El Mojón, dos hermosos parajes; en este último con un hermoso río bastante caudaloso y que nos sirvió para refrescar nuestros acalorados cuerpecillos. En a plaza del pueblo hicimos una pequeña siesta, sin embargo decidimos abortar el descanso debido a la intensidad del calor, por lo que salimos en busca del siguiente río que sabíamos estaba a escasos 5 kms. Otra vez en la inercia del pedaleo, llegamos al río, donde después de refrescarnos empezamos a encarar unas durísima cuesta que nos depositaria en Vilizman; un muy pintoresco y apacible pueblo. Muy pulcro y colorido; con sus calles cuidadosamente arregladas, los postes y árboles pintados de blanco hasta la altura de un metro aproximadamente. Era un buen momento y lugar para anticipar nuestra cena, unas "alpargatas" de pan francés y mortadela más una gaseosa bien fresca fue nuestro menú. Nos quedaba un par de horas de buena luz, "horas mágicas", así que seguimos dándole al pedal hasta el río Grande, a la orilla del cual hicimos campamento. Después de bañarnos un rato y luego de limpiar un poco nuestras fieles bicis, Néstor, a contar satélites.. yo a sumergirme en profundo sueño...
"De acá tienen, primero un repecho, de ahi una bajadita.. luego otro repecho.. otra bajadita... y después... mmm -pasando su mano por la frente- después un repechito mmm... qué repechito!" , nos indicaba un baquiano. A partir de ese momento mi mente solo pensaba en ese último "repechito" que nos había anunciado el hombre enfrentaríamos antes de llegar a Tintigasta. En mi interior fuí contando los repechitos... uno... dos.. y acá se viene el bravo... y allá vamos.. uf! salimos!. Tintigasta. Bien!... ahora si, asfalto y descenso.. Guayamba, hermosa y aún con muchos turistas santiagueños; luego El Alto. Todavía era mitad de mañana, compramos algunas frutas, repusimos glucosa a nuestros músculos, y encaramos por el viejo camino a Alijilan. En mi memoria registraba de cuando hice este recorrido al revés que había una cuesta y que esa cuesta nos tocaba solo en bajada, lo grave fué que parece mi memoria no había registrado el tramo fácil que ahora pasaba a ser el difícil; una cuesta de unos 10 kms también  en este sentido, luego una meseta y a lo lejos un camino que vemos asciende casi verticalmente. Nos miramos entre ambos como diciéndonos: vos ves lo que yo veo?? y si.. veíamos lo mismo. En ese momento pensé que por primera vez en el recorrido, a pesar de las innumerables cuestas que cruzamos, que la montaña nos mandaría pie a tierra.  Cuando llegamos al pie de esa recta que ascendía derechito la loma del frente, paramos un par de minutos para tomar la fuerza y el coraje de encararla sentados en nuestras cabras. "Nada es imposible" como dice la publicidad de una reconocida marca deportiva, solo que en gringo. Y efectivamente nada es imposible, es tan maravilloso nuestro medio de transporte, que a fuerza de temple, paciencia, voluntad y transmisión  supera cualquier obstáculo. La recompensa vendría en el viejo trazado de la cuesta de Alijilan. Ahora sí en vertiginoso descenso por la calza bastante rota debido a la lluvia y el abandono de ese camino. El cansancio ya hacia mella en nuestro ánimo. En el bajo el calor se hacia sentir mucho más, demasiado. Buscamos un lugar donde almorzar. Luego la orilla de un canal sirvió para llegar a la conclusión que andando se sufría menos que parados allí sin hacer nada, asi que seguimos camino hasta Los Altos, todo por ruta de asfalto y con un molestisimo viento en contra. Allí compramos algunos enseres e hicimos una parada técnica a los fines de limpiar y lubricar nuestras bicis, de ese modo pasabamos mejor el tiempo, haciendo que el calor y la molestia de los innumerables camiones que transitaban la ruta, pasara a segundo plano.
Una vez relucientes nuestras cadenas, seguimos viaje hasta el dique de Sumampa por el camino interno, carente de tráfico y el caluroso y tedioso asfalto. Era otra vez, la "hora mágica". Llegamos al dique admirándolo desde todos sus orillas, lo rodeamos y nos encaminamos hacia la localidad de La Viña, donde planificamos pernoctar.
Ultima jornada. Mi espíritu era invadido por oleadas de nostalgias  de este viaje que no habiendo terminado aún, el solo hecho de saber que este era el último día, hacía que sintiera que ya lo añoraba. Esa noche comenzó a soplar un viento muy fuerte que al amanecer había redoblado fuerzas. Salimos rumbo al viejo trazado de la cuesta del Totoral, que transita por las entrañas misma de la selva de Las Yungas, con exuberante vegetación y humedad. El piso era un rotoso asfalto, partido y en sectores hasta levantado, con la selva ganándole terrenos a ambos lados, lo que lo convierte en casi una senda asfaltada. A la altura del paraje El Durazno comenzaron a caer las primeras gotas de lo que mas arriba se convierto en una lluvia copiosa acompañada del viento que persistía y que ocasionaba que las gotas en nuestros rostros se sintieran como agujas clavándose. El ascenso se hizo duro, pero lo disfrutábamos sabiendo que era el último de nuestro recorrido. Totalmente empapados comenzamos el descenso también por el viejo trazado hasta el camping Los Túneles, donde presurosos después de las fotos de rigor, procedimos a ponernos la ropa seca. Don Miguel, el encargado del camping, con mucha amabilidad aumento las raciones del guiso que preparaba para su almuerzo. Fue uno de los guisos mas exquisitos que comí en mi vida, casi como los de la "Negra" de Poman (mi amada madre).
60 kms nos separaban de nuestra meta. A las 15.00 hs, decidimos que la hora había llegado. Normalmente el viento y la pendiente a favor nos trae rápidamente a la ciudad capital; pero el viento esta vez se empecinó en seguir haciéndonos fuerza como si no quisiera que terminemos el viaje.. un ratito mas, nos pedía. Regresamos también por el viejo camino a La Merced, que, con viento en contra y lo arenoso del terreno nos consumía nuestras últimas fuerzas. A nuestra vista teníamos la cuesta del Portezuelo por donde había empezado nuestra aventura, y casi que nos costaba creer que la  ascendimos con nuestras cabras cargadas como estaban.
Finalmente encaramos la última recta que nos depositaria en el lugar clásico de las fotos, el monumento Al Indio en Villa Dolores. Allí casualmente encontramos a Esteban y a Gastón dos amigos Leones. Difícil de responder a las preguntas y requisitorias acerca de como nos fue, era demasiado pronto y demasiadas cosas para resumirlas. "Nos fue muy bien".. que más podíamos decirles.
"La vida es como andar en bicicleta. Para mantenerte en equilibrio tienes que seguir moviéndote."  dijo Eistein.
 
  Para vivir en equilibrio, súbete  a tu bicicleta.


 

miércoles, 18 de agosto de 2010

Cicloturismo Solidario por Ancasti, Catamarca

Fecha:14-11-2007

WARPES Cicloturismo solidario
Hay un tiempo para el deseo y otro tiempo, mucho más largo, para el recuerdo. Pero las decisiones más importantes sólo necesitan un sencillo instante de pasión.”
Y fué la pasión, la pasión por los pedales, la auto superación, la solidaridad, la amistad; la que movió a estos 10 cordobeses a recorrer casi 200 kms en las sierras catamarqueñas. Autodenominados "WARPES Ciclismo de Montaña" y autodefinidos como un grupo de amigos amantes de la bici y cultores de la amistad (en el viaje encontraron en un pizarrón de escuela escrita su nueva definición: conglomerado amorfo sin dirección ni sentido. sic).
El jueves partimos desde el pie de la cuesta del Portezuelo, subiendo ese interminable caracol que carcome la mente y agota el combustible de las piernas; pero que a a la vez regocija el espíritu e impregna las pupilas con un paisaje sin igual. Superado aquel duro escollo y el grupo con el ánimo en alto, seguimos camino hasta la bella Anquincila, pasando por el parajes de Tacana por huellas que van calcando el contorno de las sierras, con veloces y vertiginosos descensos y algunos sorpresivos y duros ascensos. Llegamos a nuestro destino justo para disfrutar la hermosa tarde en la tranquilidad pueblerina. 
El segundo día fue el que le dio  el verdadero sentido a esta travesía. En un viaje en el tiempo todos los WARPES volvieron a sus tépocas de guardapolvos, formando e izando la bandera junto a los niños de la escuela del pueblo. La ocasión fue propicia para hacer entrega de bolsones de medicamentos y compartir experiencias y charlas con los niños y maestros del lugar. A mas de uno se le puso la piel de gallina viendo la alegría, admiración, y sorpresa de  los gurises ante esos extraños señores y maquinas. Las autoridades y niños agasajaron al grupo con un abundante y exquisito desayuno; mate cocido, pan casero y fritos.
La jornada siguió con 50 kms de pedaleo por las sierras de Ancasti, pasando primero por el dique de Ipizca y el  Rincón de Ipizca, ascendiendo luego por una huella que nos llevaría hasta la centenaria villa de Ancasti, donde hicieron una parada en la plaza del lugar para degustar unas pizzas, descansar y reponer energías. Luego una fugaz visita al paraje denominado El Sauce ya con el agobiante calor de la siesta serrana. A media tarde nuevamente el paraíso los recibía en esas tardes llena de paz y aire mágico del que están impregnados las sierras esteñas.
Todo tiene su fin, y el último día del cicloviaje había llegado. La madre naturaleza también parecía sentir la despedía, poniendo a prueba el espíritu del grupo cubriendo de negros nubarrones el cielo y desprendiendo un copioso manto de agua. En medio del aguacero los WARPES emprendieron el duro ascenso de 20 kms hasta la cumbre; las piernas ya acumulaban el cansancio de dos días de pedaleo y sin embargo y a pesar de ello el grupo llegó a la cumbre con el animo en el alto y predispuesto para disfrutar el momento en que el Creador dispuso levantar el telón de nubes dando paso a la vista de la mas maravillosa escenografia donde este grupo de amigos eran los protagonistas. Un inmenso valle, bello, único, límpido; con la vista de todo el Ambato, La sierra Colorada, el Fariñango y  el Gracian, perdiéndose en el coloso del Aconquija. Uno a uno iban saliendo a escena entre las nubes y la neblina. Andando "por ese camino largo que baja y se pierde" a cada curva les regalaba una postal distinta. Finalmente llegaron a la villa del Portezuelo, donde por caminos alternativos, para no perder el espíritu de la travesía, y pasando por Santa Cruz, la vieja estación, y el terraplén, Pozo el Mistol, Sumalao y finalmente llegar hasta la Catedral en el centro catamarqueño. Una nueva edición de las travesías solidarias de los WARPES llegaba a su fin; que no es mas que el comienzo de la siguiente. Quien sabe que lugar de la Argentina será su próximo destino.

Integrantes de la Expedición:
Ricardo Alvelo
Fabian Servetto
German Ravena
Fernando Pastorino
Ariel Efron
Santiago Salinas
Lucio Buffaz
Luis Sarmiento
Carlos Gross 
Carlos Martinez (asistente)
Guia: Ecocatamarca
 
Agradecemos la excelente atención y predisposición de Lucho Veron, la Familia Luna y a la intendenta de Ancasti.
 

martes, 17 de agosto de 2010

Cicloturismo de Aventura al Volcan Galan

Entre el jueves 29 de enero y el domingo 8 de febrero concretamos un ansiado sueño, el cual era hacer una travesía en bicicleta por el cráter del Volcan Galan en Antofagasta de la Sierra provincia de Catamarca. He aquí la historia...
Acerca del volcan Galán, nuestro objetivo:El volcan Galan está inserto en la zona de la puna catamarqueña, ésta es una región geológica de gran unidad estructural que comienza en el norte de Perú y finaliza en el territorio catamarqueño, mas precisamente en el norte del departamento Tinogasta.
Esta gran unidad estructural corresponde a tiempos precámbricos óseas rocas de las más antiguas que se conoce en la tierra la que fue alterada por procesos que modificaron la corteza de la tierra hace no más 60.000.000 de años ósea el momento en que se forma la cordillera de los andes, estos movimientos que se encuentran relacionado a la deriva de los continentes, provocaron procesos tan impresionante, en los que toda la tierra vio convulsionada tomando el paisaje de la puna un aspecto dantesco, donde los volcanes derraman toneladas calientes y cortinas de humo, que cubrieron grandes extensiones con cenizas que hasta hoy en DIA perduraran formando los suelos del lugar.
El Volcán Galán se descubrió antes de la guerra de las Malvinas , en 1980 , a través de las fotos satelitales. Estuvieron investigadores analizando la posibilidad de usarlo como basurero atómico . El motivo es que el basalto , la roca volcánica , es impermeable y serviría para reservorio atómico , almacenando los desechos en galerías y luego taponándolas. Las cenizas que están en Antofagasta , que se consolidaron y forman la piedra toba , vienen de la actividad del Galán , que se encuentra a 70 km en línea recta .
Este volcán con 36 Km. De diámetro con sus bordes de mas  5.000 mts de altura y con un cerro en la parte central de casi 6.00 mts de altura, al fondo del cráter se encuentra los 4.000 mts, en el centro se forma una  laguna salada con un ecosistema formado al estar en el área protegida de los vientos, se congrega gran variedad de aves; Flamencos, patos y pájaros en general; al sur se encuentran las termas las cochas y al norte las del agua caliente que brotan del estado de ebullición.

El cráter de este volcán es considerado el más grande del sistema solar después de la Maza patera del planeta Júpiter.

El Galán no es solo volcán sino que son varios, eso se explica interpretando que existió una explosión que genero un cráter de 24 Km. de ancho E -O y 36 Km. de largo N-S dentro del cual se provocan posteriormente otras explosiones que forman nuevos cráter pero más pequeño. No existe otro ejemplo de explosiones tan magnificas como esta.

Hasta el dia de hoy se ingresa solo en poderosos vehículos 4x4, enduro, cuatriciclos, a caballo y los montañistas a pie para escalar el coloso que emerge en su centro de casi 6000 mts. Hasta la fecha no se conocen antecedentes de alguna expedición que cruzara el crácter en bicicleta y de manera autosuficiente. El plateño Mariano Lorefice, el más grande atleta de ultradistancia argentino, ascendió a la cumbre del Galan transportando su "Rocinante" (bicicleta) sobre sus espaldas para hacer el descenso montado sobre ella; esta proeza la hizo desde la base del cerro accediendo hasta alli en vehiculo; en la oportunida fué acompañado por el único argentino en ascender el Everest sin oxigeno y conquistador de las cumbres más altas de todos los continentes, Heber Orona.

Bien, éste mítico lugar de la galaxia solar era nuestro objetivo, y hacia allí fuimos....
Integrantes de la expedición:
Juan Cesar Córdoba, 49 años, experimentado ciclista de ruta y mtb con algunas incursiones en carreras de aventura y pruebas multidisciplinarias. Precursor e iniciador de ésto de viajar y conocer nuestra provincia sobre dos ruedas, con innumerables raids cicloturisticos a lo largo de los ultimos años.


Juan Carlos Carrizo, 42 años, integrante del equipo de carrera de aventura Leones del Ambato.
Nada es obstaculo para llegar al punto de partida:
LLegó la fecha prevista para nuestra partida al Peñon, segunda localidad en importancia en el departamento Antofagasta de la Sierra, lugar de inicio de nuestra expedición y el primer inconveniente apareció, nuestro transporte (camioneta del IPV) cambió su destino y solo nos acercaría hasta la ciudad de Belén. A pesar de ello aceptamos el aventón aunque nos dejara a mas de 200 kms de nuestro destino inicial. 
Varados en Belen, y después de comprobar que en las líneas de colectivo no podrían trasladar nuestras bicis, decidimos salir a la ruta a intentar con el viejo método de "hacer dedo". Obviamente nadie detuvo su marcha para ver que necesitaban estos extraños individuos; por lo que echamos manos de una tercera opción, buscar un gran amigo montañista y guía con residencia en esa ciudad, Victor Eduardo Carrizo, quien solidarizandose con nuestra aventura nos ofrece llevarnos hasta la Puerta de Corral Quemado, varias decenas de kms mas al norte. Ya estabámos mas cerca de nuestro Galan...
Allí acomodamos nuestro equipaje sobre "rukita" y "silver" (nuestras bicis) y comenzamos a desandar kms hacia nuestro destino, que no era mas que el lugar de inicio de nuestra expedición tal cual la concebimos originalmente. Muchas alternativas se nos presentaban de último momento dado los inconvenientes para llegar al Peñon, sin embargo ninguna aparecía con la suficiente fuerza para destronar nuestro sueño, el  de estar pedaleando con nuestras fieles compañeras por mismísimo cráter de lo que fue la mas grande erupción del planeta.

Llegamos a la bella Villa Vil en el norte belicho, enmarcada en una increíble hilera de barrancas y un verde esplendoroso contrastando con la aridez manifiesta en sus alrededores. Luego siguió una pequeña cuesta, cuesta de Indalesio (por don Indalesio Pachado un poblador ilustre de la zona), pero no por pequeña fácil de superar, con una pendiente explosiva que fue tonificando nuestras piernas para lo que vendría mas adelante. Ya en la meseta que nos guiaba hasta Barranca Larga y cuando la cosa comenzaba a ponerse divertida, digo esto porque veníamos rodando a buena velocidad y con poco esfuerzo; un viejo camión nos dio alcance deteniendo su marcha y ofreciéndonos trasladar hasta Laguna Blanca. Ni un segundo de duda y nuestros vehículos estaban acomodados entre bolsas de papas, cebollas y zanahorias y nosotros en el sector de frutas.. Nuestros ocasionales transportistas hicieron una parada estratégica en el hogar de un poblador de Barranca Larga donde, como es habitual en los habitantes del interior provincial, nos atendieron como si fuéramos sus propios parientes, convidándonos y haciéndoos participes de su mesa familiar con un exquisito cabrito asado con guiso incluido, degustación de riquísimo queso casero y unas habas, combustible de alta calidad.
Cuando el sol se posaba sobre las montañas de los alrededores de la Laguna Blanca nuestra carroza nos depositaba en el empalme que bifurca a el Peñon. Cuando bajamos y comprobamos que el dios Eolo estaba a  nuestro favor decidimos ganar aunque sea una horita de rodaje aprovechando ese importante envión. Así avanzamos algunos kms en subida pero sintiendo en nuestras espalda una suave mano que nos empujaba. Hora de armar campamento.
Temprano abrimos nuestra carpa sorprendiéndonos ya la magnifica puna con su encantador paisaje de coloridos inmensos. Estábamos a solo 60 kms de nuestro destino inmediato, El Peñon. Dos trepadas hasta los 4000 mts de altura nos separaba de la meta que no era mas que el lugar de partida. Parapetados contra el viento y el frío emprendimos el camino.
12.30 hs. y el Peñon finalmente apareció  en nuestro horizonte como un minúsculo montículo verde intenso inserto en una blanca y gris duna. Final o principio.. o simplemente un lugar de paso.
Camino a la Laguna Grande:
Pasamos  una tarde muy agradable haciendo sociales en el pueblo; hasta nos dimos el lujo de ver el clásico de fútbol femenino del lugar; consultar con los baquianos los cuales no nos daban muy buenos augurios sobre nuestra aventura, pese a lo cual nuestra tozudez seguía en pie y el Galan no salía de nuestras cabezas. Parte del plan fue cambiado. Nuestro contacto en el pueblo no se encontraba en el lugar, y contábamos con su colaboración para que nos dejara provisiones y agua en el cráter del volcán. Tendríamos que valernos por nuestros propios medios para sobrevivir durante una semana en el corazón de la puna.
Junto a los primeros haces de luz del día partimos rumbo a nuestra primera etapa, la Laguna Grande, donde según las referencias podríamos reabastecernos de agua para encarar la conquista al volcán y su inmenso cráter.
La Laguna grande forma parte de la Reserva de Biosfera Laguna Blanca de casi un millón de hectáreas cuadradas de superficie, en a cual se alberga cientos de miles de parinas (flamencos rosados), zorros grises, pumas, gallaretas, patos, vicuñas y suris. La vista de estos flamencos tiñen de rosa el horizonte pudiéndose verla  en forma perfecta con largavistas o potentes zooms ya que ante la presencia humana huyen instantáneamente.
Pasamos la noche con el privilegio de tener en nuestra ventana este mágico cuadro que era una caricia a todos los sentidos.
El volcan mas grande del mundo:
Quedaban aún mas de 500 mts de desnivel y 20 kms de terreno muy blando, arena y ripio; para llegar al borde sur del volcán. Comenzamos la jornada de pedaleo a las 7hs y cuando el astro rey sobrepasaba la línea del cenit ante nuestros pies se abrió el panorama tantas veces visto en fotos ajenas y ahora estábamos ahí, majestuoso, inmenso, atrapante cráter. En el centro su nevado pico de 5880 mts, al oeste el celeste intenso de la laguna El Diamante y todos los marrones y ocres de su superficie. Una bajada escabrosa, intensa y corta hasta el fondo, luego lo que parecía a simple vista un simple paseo hasta la laguna se convirtió en una tortura para nuestras maltratadas piernas; y lo que desde lo alto parecían no mas de 500 mts fueron 10 largos kms. Las distancias en la puna nunca son lo que parecen.
Acampamos a la orilla de la laguna cuando el viento hacia su puntual aparición de cada día. Parecía marcar tarjeta cada dia de 18 a 3 hs. 4600 mts sobre el nivel del mar, una noche inquieta, con muchas cavilaciones mentales, recuerdos, pensando en la gente que estaría preguntándose de la suerte de estos dos osados aventureros. Secretas dedicatorias. Hoy mis amigos estaban en la habitual pedaleada nocturna de los miércoles allá en el lejano valle central, nos sentíamos junto a ellos.
Otra jornada completa de lidiar con la arena y el ripio volcánico nos llevó encontrar la salida del cráter por el norte. Otra vez un magico despliegue de la naturaleza al asomarnos al borde. Salares, rios, verdes valles nos esperaban.
Volviendo a Antofagasta:
Lo que presumiblemente sería un veloz descenso no lo fue así, nuevamente la puna nos obliga a atenernos a sus reglas. Despacio, despacio, despacio... paciencia.. paciencia....
El río Aguas Calientes, el río Los Patos (famoso por sus truchas), el cerro Gordo, el mítico Salar del Hombre muerto, modernísimas instalaciones mineras en el medio de la nada.., todo fue sucediéndose en nuestro derrotero.
Ruta nacional nº 43, nexo entre las punas catamarqueña y salteña, estábamos ya en camino civilizados. Nuestra ultima noche en carpa en la cuesta hacia la Falda de la Cienaga y el último envión hasta la villa de Antofagasta.
Llegamos a su plaza y un escenario curioso observábamos. Una colla con sus grandes sombreros, largas medias, mas largas polleras, pulóver, pañuelo cubriendo su cuello y orejas, a pocos metros una adolescente sonriente como si con alguien invisible conversara con una nootbook en su regazo chatenado sabe uno con quien; una vieja herrumbrada bicicleta tipo inglesa chillando sus cadena sin la carcaza de los pedales sobrepasada por una poderosa Land Rover. Increible.
Los desafíos que no fueron:
Nuestro primer y principal objetivo era hacer el circuito del volcán Galán en bici y con autosuficiencia; sin embargo considerábamos dos objetivos mas que estaban supeditados a las circunstancias que nos tocara vivir y que no pudimos realizar. Aca los pongo a consideración para que algún osado tome la posta y quiera realizarlos.
1. Hacer cumbre en el cerro Galan (5896 mts sobre el nivel del mar) como parte del recorrido.
2. "Cazar la confluencia 26º Sur, 67º Oeste)". Se denominan confluencia a los puntos especiales del planeta donde confluyen un meridiano con un paralelo. Uno de esos puntos cae en el centro mismo del cráter. Hay pocos puntos en el país donde confluyen paralelo y meridiano con número entero de grados. De hecho en todo el mundo existe un numero finito de ellos (359x178+2) y, si sólo tenemos en cuenta los que se hayan en tierras emergidas (no en el mar), el numero se reduce muchísimo.
A alguien (http://www.confluence.org) se le ocurrió armar algo asi como un desafío con la búsqueda y "caza" de estos puntos especiales de los mapas. El desafío consiste simplemente en llegar a ellos y certificar el acto con las fotografías de rigor del gps y del entorno, mandarles las fotos y un texto, teniendo el honor de ser incluidos en el sitio como quien estuvo en esa confluencia.
Queda el desafío hecho.
Agradecimientos especiales:
Team Lour-Max
Diego Novaira
Leones del Ambato - EcoCatamarca (Nestor Cruz, Teresita Toledo, Oscar Corbalan)
Club Catamarca Pruebas Combinadas (Marcela Elisabetta)
Taller de bicicletas Med-Cor (Sarmiento y Pueyrredon)
Campamento Base (Galeria Catamarca L 11)
Sr. Ariel Mercado
Sr. Adrian Fabian (Antofagasta)
Sr. delegado Municipal del Peñon
Sr. Victor Eduardo Carrizo de Belen Guias. (tel 03835-1552538)
Sr. Anibal Vazquez (anibal.vazquez@hotmail.com)


Dedicatoria personal:
A Ana Paula mi hija.
A Nestor amigo incondicional.






Album de Fotos:


galan

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